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NOTICIAS DEL COLEGIO

Pedro Betancor: “Una persona de 70 años de hoy, tiene ‘menos años’ que hace 20 años”

 

  • Impartirá una ponencia para el Club Sénior el 19 septiembre (13h) 
  • Desvelará las últimas novedades sobre el envejecimiento 
  • Al finalizar, se desarrolla el Almuerzo del Club Sénior, apúntate

El colegiado Pedro Betancor es catedrático de Medicina y especialista en Medicina Interna. El próximo 19 de septiembre (13h) impartirá una ponencia titulada ¿Por qué envejecemos? Está organizada por el Colegio, dentro de los Encuentros +65 del Club Sénior.

Si no quieres perdértela, estás a tiempo de inscribirte. Recuerda que al finalizar también se desarrolla el Almuerzo del Club Sénior en el Restaurante. Apúntate.

"El significado del envejecimiento depende también mucho de la actitud individual frente al mismo, aprender a envejecer no solo es posible sino deseable"

ENTREVISTA:

  • ¿Por qué envejecemos? 
  • ¿Qué significa envejecer? 
  • ¿Por qué ahora es relevante y se habla de envejecimiento? 
  • ¿Por qué es importante para un médico jubilado asistir a una conferencia sobre el envejecimiento?

¿Por qué envejecemos?
 Es difícil contestar a esta pregunta. El envejecimiento es un proceso biológico multifactorial difícil de definir. Sin embargo, se caracteriza por la declinación de funciones, la acumulación de daño y la reducción de la capacidad reproductiva, lo que incluye una progresiva pérdida de potencialidad celular, déficits endocrinos y metabólicos, mecanismos de defensa decrecientes y pérdidas funcionales que conducen a un incremento de enfermedades crónicas y en último término la muerte. 

La OMS ha definido el envejecimiento como un “Proceso biológico inevitable (complejo, progresivo, irreversible) en el que se producen una serie de cambios fisiológicos, (morfológicos, funcionales y bioquímicos), característicos de cada especie (gran variabilidad intraespecie), que limitan la capacidad de adaptación al ambiente. Se inicia en el nacimiento y tiene como resultado final la muerte”. 

El fenómeno de envejecimiento se caracteriza por lo tanto por ser: a) universal, es decir que afecta a todos los seres vivos; b) progresivo, lo que significa que se desarrolla de forma inexorable a lo largo de un largo periodo, probablemente desde la infancia o al menos desde que termina el crecimiento y desarrollo; c) irreversible, no tiene vuelta atrás, por lo que toda la publicidad e incluso prácticas clínicas, tan de moda, que se dedican al antiaging o antienvejecimiento no pasa de ser en el mejor de los casos un falso optimismo cuando no un fraude; d) intrínseco, es decir que no existen causas conocidas externas que produzcan envejecimiento y este no tiene nada que ver con las enfermedades, aunque muchas de ellas sean más frecuentes a medida que avanzan los años, en resumen el envejecimiento no es una enfermedad, sino un privilegio del que cada vez disfruta un porcentaje mayor de la población, aunque con frecuencia se acompañe de pluripatología y se asocie a otras pérdidas; e) heterogéneo, lo que significa que no afecta todas las personas por igual e incluso en un mismo individuo a sus diferentes órganos y f) deletéreo, porque conlleva disfunciones o pérdidas de mecanismos funcionales, alteraciones morfológicas, psicológicas y habitualmente sociales y económicas. Con el transcurrir de los años se estrechan los mecanismos reguladores, homoestenosis, con lo que se reduce la capacidad de respuesta y adaptación a la agresión convirtiendo al anciano en un ser más vulnerable y en consecuencia con mayor riesgo de muerte. 

No se conocen las causas del envejecimiento, por lo que existen numerosas teorías que tratan de explicarlo. Por supuesto que los conocimientos sobre los mecanismos que participan en el envejecer son abundantísimos y fuente de investigación de primer orden, pues a todos, si tenemos suerte nos afecta (envejecer no es malo si se considera la alternativa). No existe un solo mecanismo, conocemos muchos que están interrelacionados pero nos queda mucho más por conocer. De forma muy simple se puede concluir que el envejecimiento es el resultado por una parte de la genética (existen síndromes progéricos bien definidos con alteraciones genéticas conocidas) que probablemente sería responsable de aproximadamente el 25% del proceso, causas epigenéticas probablemente mucho más frecuentes y causas ambientales que, además de su participación más o menos directa, también actuarían por mecanismos epigenéticos. No es momento aquí de detallar los principales mecanismos que conocemos contribuyen al envejecimiento, pero si mencionar que entre los principales que se investigan están los telómeros, los radicales derivados del oxígeno que interactúan con los anteriores, las sirtuínas, etc.

"En época de los romanos la esperanza de vida al nacer estaba en unos 30 años; a comienzos del siglo XX no llegaba a los 45 años. En la actualidad la esperanza de vida de los españoles sobrepasa los 80 años"

¿Qué significa envejecer? 
Otra pregunta que no es fácil de responder porque tiene múltiples visiones, pero desde luego “es la única manera conocida de vivir muchos años” (Aubert, SXVIII). 

Obviamente no significa lo mismo desde un punto de vista funcional que morfológico, social o psicológico, ni tampoco significa lo mismo para las diferentes personas y distintas culturas. De forma general se puede decir que existe un envejecimiento eugérico, fisiológico o normal, en el que con el transcurso de los años se asiste a una disminución paulatina de algunas o muchas funciones o capacidades, con adaptación a las mismas y con vida autónoma e independiente y, por otra parte, existe un envejecimiento disgérico o anormal, habitualmente acompañado de pérdidas más notable, no compensadas y frecuentemente con pluripatología, aumentando la fragilidad y la dependencia. Cualquiera de estas dos categorías podría ser aplicada a los diferentes visiones antes señaladas: médicas, psicológicas, sociales, etc. 

Lo que se pretende en la actualidad es mantener la máxima calidad de vida posible a las capacidades del paciente, es decir añadir vida a los años más que años a la vida. Rita Levi-Mpntalcini, premio Nobel de 1986, dijo al cumplir los 92 años (murió a los 103) “El cuerpo se me arruga, es inevitable, pero no el cerebro. Mantón tu cerebro ilusionado y activo, hazlo funcionar y nunca se degenerará”. Quiero señalar con ello que el significado del envejecimiento depende también mucho de la actitud individual frente al mismo, tal como señala Rojas Marcos “Las personas mayores que conservan activo el cuerpo y la mente y se esfuerzan en aprender cosas nuevas y mantenerse al día experimentan una vejez más gratificante”. Por eso aprender a envejecer no solo es posible sino deseable.

"Se puede proponer un cambio en la edad de jubilación, no vinculado a la edad cronológica sino a la capacidad de desempeño de su actividad profesional"

¿Por qué ahora es relevante y se habla de envejecimiento? 
Creo que siempre el envejecimiento ha sido relevante y se ha hablado del mismo, dado que a todos nos gusta vivir muchos años aunque a muchos no les agraden las consecuencias. Aquí está el problema de la actualidad: en las consecuencias del envejecimiento, hasta el punto que el ministro japonés de finanzas Taro Aso dijo en 2013 (tenía 72 años) refiriéndose a los ancianos (Japón es el país con mayor supervivencia) “porque no se dan prisa y se mueren pronto”. 

Efectivamente, el cambio demográfico al que asistimos, especialmente en los países del primer mundo, y muy especialmente en España ha llevado y sobre todo va a llevar en las próximas décadas si no se toman desde ya las medidas oportunas al colapso de estado. En época de los romanos la esperanza de vida al nacer estaba, aproximadamente en unos 30 años y tras dos mil años, a comienzos del siglo XX no llegaba a los 45 años. En la actualidad la esperanza de vida de los españoles sobrepasa los 80 años, unos 86 en las mujeres 81 en los hombres, la más alta de Europa y la segunda del mundo tras Japón. La esperanza de vida al nacer se ve muy influenciada por la disminución de mortalidad infantil como consecuencia fundamentalmente de las mejoras sociales, los programas de salud pública, etc. y poco influenciada por la atención sanitaria. Tiene mayor interés la esperanza de vida a partir de los 65 años, edad habitual de jubilación y mucho más relacionada con la mejora de la asistencia sanitaria. En la actualidad en España es de unos 24 años para las mujeres y alrededor de 21 para el hombre. A ello hay que añadir que la población anciana que porcentualmente más aumenta en España es la de más de 80 años. A estos datos hay que añadir que España será, según todas las predicciones, por el 2040 el país más envejecido del mundo. 

Obviamente las consecuencias son enormes: sanitarias: El mayor riesgo de enfermar es la edad, y a medida que se envejece se acumulan enfermedades crónicas no transmisibles, en gran medida asociadas a estilos de vida (y a la edad), que conlleva polifarmacia, necesidades asistenciales, con frecuencia dispositivos protésicos o de otra índole, necesidades de hospitalización y finalmente de asilamiento, por mucho que se diga que donde mejor se está sea en casa, etc; económicas: Desde hace décadas ha disminuido el índice de natalidad en España siendo la población mayor de 65 años bastante más numerosa que la menor de los 14 años, por lo que la población subsidiaria de pensión es progresivamente mayor (en la actualidad alrededor de 9,5 millones) y la perciben durante muchos más años. Se ha estimado que por el 2040 habrá 6 pensionistas por cada 10 trabajadores activos y las pensiones representarán alrededor del 27% del PIB; sociales: la disminución de la tasa de natalidad, el incremento de las familias monoparentales y la incorporación plena de la mujer al trabajo tendrá como consecuencia la mayor probabilidad de soledad y necesidad de ayuda de los ancianos; cambio global, aún no bien imaginable de la estructura de la sociedad. Por ello es muy importante no solo planificar con antelación suficiente (quizá estamos llegando tarde) de las administraciones, sino educar a la población en hábitos saludables de vida y aprender a envejecer para que el porcentaje de envejecimiento fisiológico sea el máximo posible, con mayor autonomía y menor necesidad de ayuda. 

El otro motivo de que se hable y sea relevante el envejecimiento es, de un lado, el mayor conocimiento sobre los mecanismos implicados en el envejecimiento y, de otro lado la industria montada, que moviliza mucho dinero, para vender la posibilidad de evitar o retrasar las consecuencias de cumplir año. Como Ponce de León en búsqueda de la fuente de la eterna juventud. El negocio trata de convertir el envejecimiento en enfermedad y en consecuencia medicalizarla. Conocemos varias posibilidades de retrasar el envejecimiento en animales de experimentación, difícilmente trasladables al humano, siendo destacable la restricción calórica, la administración de antioxidantes, algunas hormonas, etc., pero ninguna actuación terapéutica en humanos dispone de evidencia científica para ser recomendada, salvo, obviamente el estilo de vida (dieta de tipo mediterránea, actividad física e intelectual, dejar de fumar).

"El envejecimiento no tiene vuelta atrás, por lo que toda la publicidad e incluso prácticas clínicas, tan de moda, que se dedican al 'antiaging' o antienvejecimiento no pasa de ser en el mejor de los casos un falso optimismo cuando no un fraude"

¿Por qué es importante para un médico jubilado asistir a una conferencia sobre el envejecimiento? 
Estar jubilado implica, habitualmente, tener más de 65 años, edad oficial de jubilación y para definir anciano. Obviamente, yo también tengo algunos años más de los preciso para la jubilación. Por lo tanto es un acto donde conferenciante y asistentes son coetáneos, de la misma profesión y afectos del mismo proceso: el envejecimiento. 

Lo primero sería proponer un cambio en el criterio cronológico para definir anciano. En la actualidad, una persona de 70 años tiene muchos “menos años” que una persona de la misma edad hace tan solo 20 años. Debieran incluirse otros criterios: funcionales, biológicos, etc. 

Lo segundo sería proponer un cambio en la edad de jubilación, no vinculado a la edad cronológica sino a la capacidad de desempeño de su actividad profesional, con las recertificaciones que fuesen necesarias. En la actualidad se están pagando las consecuencias de la ignorancia de la Administración sobre estos hechos al obligar la jubilación de los médicos a los 65 años, independientemente de sus capacidades profesionales. No existen médicos y la carencia se verá agravada en los próximos años. 

Permitirá discutir sobre los más actuales mecanismos implicados en el envejecimiento y sobre las posibilidades terapéuticas futuras que permitan frenarlo o al menos disminuir sus consecuencias.