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Palabras de Elizabeth Hernández

Palabras ofrecidas por Elizabeth Hernández en la toma de posesión como nueva Presidenta del Colegio de Médicos de Las Palmas, el 30 de abril de 2025:

Hay días en los que una siente que se cruzan todos los caminos: los que soñaste, los que recorriste y los que jamás pensaste... Hoy, es uno de esos días.

Asumo la presidencia del Colegio de Médicos de Las Palmas con agradecimiento, con responsabilidad y, sobre todo, con ilusión. En lo más personal, no puedo obviar el orgullo y el honor de ser la primera mujer que accede a la presidencia del colegio de médicos para representar a la profesión.

Desde luego, como mujer, como médica de familia, y como la primera persona de mi familia, de la mía (pausa y sonrisa), que accedió a la Universidad, hija de emigrantes canarios, es un tremendo orgullo dar este paso en mi trayectoria vital.

Y, estas cosas tienen peso. Porque no estoy aquí solo como resultado de una trayectoria profesional, sino también como fruto de un largo camino lleno de esfuerzo, de valores, de sacrificio y de entrega. Un camino que comenzó en los sueños de quienes me precedieron.

En este día, me acompaña mi familia, los que no están: mi padre y los que están: mi pareja, mi hermano, mi cuñado... Su amor y dedicación forman parte de mí.

En este día, me acompaña mi familia, los que no están: mi padre y los que están: mi pareja, mi hermano, mi cuñado... Su amor y dedicación forman parte de mí. 

También me acompañan las mujeres de mi vida: mi abuela, mi madre, que me enseñó que la dignidad y el trabajo honesto, son la base de todo, mis hermanas, que son apoyo y espejo, mis sobrinas y sobrinos, que representan una generación llena de fuerza y de futuro.

Y, mi hijo, que es mi alegría y mi motor, con quien aprendo cada día qué significa mirar el mundo con esperanza y con curiosidad. A él intento transmitirle que con disciplina y amor se pueden conquistar todos los espacios que desee. 

Tengo la suerte de compartir esta andadura con una junta directiva formada por: Médicos buenos y buenos médicos: hombres y mujeres de diferentes edades, procedentes de la medicina pública, de la  privada, y de la gestión, del ámbito hospitalario y de la atención primaria; unidos todos por un mismo compromiso.

Personas que han dicho sí a este proyecto, no por ambición, sino por convicción; por vocación de servicio. Médicos que creen, como yo, que podemos contribuir a que este Colegio pueda ser una institución más útil, más viva y más próxima a nuestra sociedad, conscientes de que recogemos un legado de excelencia.

Gracias Nico, Gabriel, Vicente, Silvia, Franklin, Dácil, Gustavo, Nayra, Marta; Luis, Aniuska, Javier y Myriam.  Por supuesto, gracias también a nuestros suplentes: Fernando, Juan Pedro, Mar, Haridian, Sergio, y Rolf. Un honor compartir este proyecto con todos ustedes.

Hoy, me honra especialmente contar con la presencia de dos referentes que han presidido esta institución con entrega y sabiduría: los doctores Marcos Gómez y Pedro Cabrera. Su presencia aquí es un puente entre la historia y el porvenir de este Colegio.

Llegados a este punto, permítanme que recurra a una cita de Isaac Newton: “si he podido ver y llegar más allá,... es porque he ido a hombros de gigantes”. Esta reflexión me permite agradecer a las personas y los equipos con los que he trabajado, a lo largo de mi vida profesional tanto en mi actividad asistencial como de gestión, el apoyo y aprendizaje recibidos, el cariño; muchos están también, aquí hoy, apoyándome en los primeros pasos de esta nueva andadura.

Desde este momento, comenzamos a trazar nuestras primeras líneas, más allá de este hito simbólico... Lo que verdaderamente importa es ¿qué haremos con esta oportunidad?

Haremos frente a los desafíos que afronta nuestra profesión: son muchos y complejos:

  • La transformación digital, que nos exige integrar nuevas herramientas sin perder el alma del ejercicio médico. La incorporación de la inteligencia artificial, el Big data, la realidad virtual, el metaverso...
  • El envejecimiento de la población y el aumento de la cronicidad, que nos obliga a repensar modelos asistenciales más integrados y sostenibles.
  • El complejo ámbito de lo socio-sanitario. 
  • El agotamiento de muchos profesionales, que nos interpela como colectivo: ¿quién cuida al que cuida?, aún inmersos en la resaca post-covid donde los dimos todo. 
  • Las agresiones a pesar de los aplausos. No podemos mirar hacia otro lado ante una realidad que nos duele profundamente. Cada agresión a un médico y a un sanitario es una fractura en el vínculo de confianza con la ciudadanía, un atentado contra la dignidad de quien cuida. Frente a esto, debemos ser firmes: tolerancia cero.
  • Uno de los mayores retos que tenemos es el relevo generacional. Nuestro futuro como profesión depende también de los que hoy están empezando. Necesitamos ofrecerles condiciones dignas, orientación, y sobre todo, confianza. 
  • Y cuando pienso en la confianza, recuerdo una de mis primeras guardias como residente. Atendí a un hombre con una gran cicatriz abdominal. Cuando le pregunté por qué lo habían operado, me dijo: “No lo sé. El médico me dijo que había que operar, y eso hizo.” Esa frase, y su mirada, se me quedaron grabadas. En nuestra mano está potenciar la comunicación con el paciente que ha depositado su confianza en nosotros, ¡¡no lo olvidemos!! 

Hoy hay pacientes que llegan a consulta con el diagnóstico, el tratamiento… y hasta con el artículo científico impreso. Hemos pasado de un modelo paternalista a uno participativo que supone tanto un avance, como un desafío. Porque no se trata solo de informar más: se trata de construir confianza. 

Y de recordar que el paciente con sus necesidades y sus creencias, sigue siendo el centro de nuestra razón de ser como médicos. 

La relación médico-paciente no es un trámite. Es un espacio sagrado, que representa algo profundamente humano: el encuentro entre la fragilidad y el conocimiento, entre la confianza y el cuidado.

Y entre los avances y los desafíos debemos atender también otros factores que influyen de forma determinante en la salud: el medio ambiente. 

La emergencia climática también es una emergencia sanitaria, de la que pretendemos continuar como altavoz y agente de cambio, promoviendo una medicina más sostenible, más consciente, más respetuosa con la vida en todas sus formas.   

Ello podremos hacerlo fortaleciendo la colegiación, la formación continuada y la participación. Nos encontrarán de manera constructiva en el debate público sobre temas de salud, defendiendo un sistema sanitario equitativo, igualitario y de calidad. Colaboraremos estrechamente con las autoridades sanitarias y con el resto de colegios profesionales para mejorar la salud de la comunidad.

Para finalizar, permítanme que recuerde unas palabras que me emocionan de Elizabeth Blackwell, la primera mujer titulada como médica en el mundo occidental: “No quiero darles una idea equivocada de las dificultades. Eran inmensas. Pero no imposibles”. 

Muchos de los que estamos aquí hemos trabajado con dificultades y siempre hemos pensado que nada era imposible. Por eso, hoy, damos este paso al frente de esta institución. 

No quisiera terminar sin dedicar unas palabras a todas las compañeras médicas que han trabajado y trabajan sin descanso. A las que hacen guardias interminables, a las que se entregan con profesionalidad y ternura, a las que sostienen la vida en urgencias, en centros de salud, en hospitales, en domicilios, en la gestión. 

Mujeres que muchas veces han tenido que dar más, demostrar más, ceder más. Este momento, también es suyo y  les pertenece.

Como primera mujer en presidir este Colegio, siento una especial responsabilidad en fomentar la igualdad de oportunidades y la diversidad en todos los ámbitos de nuestra profesión. Un ejemplo más lo representa el acceso de la mujer a la presidencia de los colegios profesionales de médicos, que si bien ha habido un aumento del 10 al 20 por ciento en los últimos cuatro años, sigue evidenciándose la necesidad de romper techos de cristal.

Por tanto, hoy celebro que las dificultades no fueron imposibles y asumo la responsabilidad de que no lo sean para quienes vengan detrás. 

Asumo este cargo agradeciendo la labor del equipo saliente; con humildad, con firmeza y con la tranquilidad de contar con un gran equipo profesional. Asumo continuar con el legado que recibo, inspirando a las generaciones futuras. 

Me comprometo a liderar con escucha, con transparencia, con rigor y con corazón. A hacer del Colegio un espacio colaborativo, activo y cercano que promueva una medicina que no solo cure, sino que abrace. Una medicina más fuerte, más digna y que aporte valor a nuestra sociedad,  que contribuya a transformarla,  como trasformamos la vida de quienes confían en nosotros. 

Muchísimas gracias.